¿Tu marca levanta la voz o solo hace ruido?

Por Jeffry Garza

Si estás inmerso en el mundo de las relaciones públicas y el marketing, probablemente pienses que los calendarios de contenido son un “must” para las marcas con presencia en redes sociales, que, con mucha consistencia y diligencia, postean para no perder relevancia en estos canales.

Y más de uno de nosotros ha escuchado a un cliente exclamando: ‘¿por qué no hicimos un post para el Día del Libro?’; ‘¿qué postearemos para el Día de la Madre?’; o bien, preguntándonos, ‘¿cuántos posts nos recomiendas publicar por semana… o por mes?’. Les tenemos la respuesta a esas preguntas: no hay una fórmula mágica.

¿Se han detenido a pensar por qué y para qué publican? ¿o lo hacen por el simple hecho de no perder relevancia o porque sus competidores también lo hacen?

En la sociedad de la hipercomunicación -concepto acuñado por el filósofo surcoreano Byung Chul Han-, es importante levantar la voz entre el ruido. En el vértigo de Internet y las redes sociales todo pasa desapercibido, excepto lo que nos interesa, lo que el algoritmo nos dicta. Así que no, no perderás relevancia si no publicas todos los días.

¿Qué le damos a cambio a nuestros seguidores por su atención? A veces, nada.

A la luz de esta reflexión, debemos utilizar las redes sociales no simplemente como un repositorio de contenido, sino como un vector de ideas, de puntos de vista desafiantes y de cultura constructiva, para así ganarnos los “Likes” más honestos que se puedan tener.

¿Cómo hacemos para mejorar nuestros calendarios de contenido -o para eliminarlos definitivamente-?

Las mejores ideas se construyen, se confrontan y les ganan a otras, hasta salir a la luz como genialidades. Es necesario sentarte con tu equipo de trabajo y debatir, para deliberar qué es lo mejor que se puede comunicar, en qué momento, y cómo hacer que genere el impacto esperado.

Independientemente de si se trata de aprovechar una coyuntura para comunicar, explorar una alianza o innovar en determinada área, tu contenido debe servir un propósito, para que así sea más fácil sentarse a escribir, grabar o a diseñar.

Y recuerda, no se trata de “viralidad” o de popularidad, se trata de ser influyente. Solo puede ser influyente un contenido bien pensado y contrastado, que sirva a los objetivos de comunicación de tu marca – comunicamos para informar, persuadir, motivar, entretener o relacionarnos con nuestras audiencias-.

Dicho contenido debe ir libre de hashtags accesorios, frases hechas o efemérides que ni siquiera conmemoramos con empatía o correspondencia. Las redes sociales tampoco necesitan letanías de nuestra misión, visión y valores, que ya de por sí se han ido homogenizando en el mundo corporativo.

Una vez que ese contenido ya esté destilado por estos principios, sin tampoco pretender publicar algo digno de un Pulitzer o de Cannes Lions, lograremos llenar nuestro muro de valor en lugar de cumplir con un calendario editorial por un falso sentido de urgencia.

Cada post, cada video o cada foto del equipo en una actividad de la empresa es una oportunidad para salir del ruido, así que la próxima vez que estés trabajando en tu ‘no-calendario editorial’, cuestiona si realmente estás añadiendo valor o si simplemente estás matando el silencio digital que tanto escasea.

SHARE ON:

Facebook
Twitter
LinkedIn