En la era digital, donde la información circula a gran velocidad y las decisiones de los consumidores se toman en segundos, las empresas enfrentan un desafío clave: adaptarse a la inteligencia artificial (IA) y entender cómo esta transforma no solo la comunicación, sino también la reputación de las marcas.
Del SEO al GEO: un cambio en la estrategia de comunicación
Tradicionalmente, las marcas competían por aparecer en los primeros resultados de motores de búsqueda, un proceso conocido como SEO (Search Engine Optimization). Hoy, los consumidores interactúan con agentes de IA generativa como ChatGPT, que entregan respuestas consolidadas a partir de múltiples fuentes. Esto ha dado origen al concepto GEO (Generated Engine Optimization): la estrategia de posicionamiento positivo de una marca dentro de las respuestas que genera la IA.
La velocidad con la que la inteligencia artificial se ha integrado en la vida cotidiana es sin precedentes. Alcanzar los primeros 100 millones de usuarios se considera un hito en la adopción tecnológica: TikTok lo logró en nueve meses, mientras que ChatGPT lo alcanzó en apenas dos meses y hoy cuenta con 100 millones de usuarios diarios. Este ritmo demuestra que las marcas deben adaptarse con la misma agilidad para mantenerse relevantes y proteger su reputación.
David Fallas, Socio Director de Servicio al Cliente y Estrategia de CCK, comenta: “No se trata solo de estar presentes; es crucial asegurarse de que la información que llega a los consumidores sea correcta y positiva para nuestras marcas”.
IA y reputación: riesgos y oportunidades
El uso de IA ofrece oportunidades para comprender mejor a los consumidores mediante data analytics y análisis de interacciones, pero también plantea riesgos reputacionales. Videos o audios manipulados pueden viralizar información falsa y generar crisis inesperadas.
Hoy, más que nunca, la relación con los medios de comunicación es estratégica. Los medios se han convertido en fuentes confiables para verificar información y, a su vez, permiten que las marcas coloquen sus mensajes clave de manera correcta y real. Esto asegura que cuando la IA genere respuestas, estas se basen en información fidedigna y positiva.
Marcela Alfaro, Socia y Gerente General de CCK Costa Rica, explica: “La reputación no se construye solo en los canales propios; los medios siguen siendo aliados fundamentales para validar la información que impacta a nuestras audiencias”.
CCK ha trabajado durante años ayudando a las marcas a gestionar su reputación y, ahora, esa experiencia se adapta al nuevo contexto: la IA cambia la forma de comunicar, pero no la necesidad de estrategias sólidas de relacionamiento con los medios y posicionamiento de mensajes clave.
Estrategia, ética y co-inteligencia
La IA plantea un reto sobre la autenticidad: aunque agiliza la creación de contenido, no puede replicar la sensibilidad, los valores ni el criterio humano. La clave está en un modelo de co-inteligencia, donde la IA se combina con la inteligencia humana para generar resultados más efectivos y genuinos.
David Fallas señala: “La pregunta que toda organización debe hacerse hoy no es solo cómo comunicamos, sino cómo aseguramos que la información que existe sobre nuestra marca sea correcta, confiable y relevante”.
Conclusión: la reputación en la era de la IA
La inteligencia artificial redefine la comunicación, pero el verdadero valor de una marca sigue estando en cómo gestiona su reputación. En un mundo donde la IA se integra cada vez más rápido en la vida cotidiana, la reputación se convierte en un activo estratégico que debe cuidarse con precisión, ética y transparencia.
Las empresas que logren combinar inteligencia humana, valores claros y relaciones sólidas con los medios serán las que definan cómo se perciben en este nuevo ecosistema digital, mientras que aquellas que no se adapten corren el riesgo de que la información sobre ellas sea construida por otros, sin control ni veracidad.
El desafío es claro: humanizar la tecnología, aprovechar su eficiencia y asegurar que cada mensaje refleje la autenticidad y credibilidad de la marca. Solo así las organizaciones podrán destacar y mantenerse confiables, relevantes y auténticas frente a sus audiencias.
